Todos los cuentos, como bien dice su título, giran en torno al fútbol y en general tienen tres defectos. 1) La abundancia de lugares comunes, por ejemplo en los nombres de los protagonistas: jamás falta un Tito, un Cholo, un Negro, o un Gordo. 2) Los finales, algunos muy predecibles (“La hipotética resolución de Baltasar Quiñones”) y otros, demasiado felices para ser verosímiles (“De chilena”). 3) Falta de recursos especialmente en la construcción de monólogos internos y diálogos (el cuento “Decisiones” parece el borrador de un guión de un estudiante de cine). Vicios que no sorprenden de alguien que recién comienza a escribir como un aficionado. De hecho, el prologo del periodista Alejandro Apo explica que muchos de estos cuentos los envió Sacheri a su programa de radio como un oyente más.
